Críticas de cine
Crítica de Charlotte: un drama biográfico que no cumple su potencial
El guion de Charlotte es el elemento discordante en un conjunto aceptable.
Arte, salud mental y la Segunda Guerra Mundial son algunos de los temas que componen la esencia de Charlotte, un drama biográfico animado que llega a la plataforma de Movistar plus con la intención de ofrecer un drama emotivo e inspirador sobre la vida de la artista judía Charlotte Salomon, aunque no siempre logra su cometido.
Tráiler y sinopsis de Charlotte
Charlotte sigue la historia de la artista judía Charlotte Salomon (Keira Knightley) desde su niñez en Berlín hasta sus ultimos días en la Costa Azul de Francia. Solomon tiene el crédito de ser la creadora de lo que se conoce como la primera novela gráfica y su legado comprende las 769 obras que pintó entre los años 1941 y 1943 en el Sur de Francia.
Crítica de Charlotte
Las historias biográficas siempre despiertan interés entre los cinéfilos por su combinación entre hechos de la vida real y tratamiento cinematográfico, así como la infinidad de posibilidades desde las cuales se puede abordar una narrativa de esa envergadura.
En este caso, la vida y obra de Charlotte está llena de momentos y detalles atractivos para una experiencia cinematográfica emocionante, pero , lamentablemente, la ejecución de su guion no está a la altura de la figura que retrata.
Empaque artístico de calidad
Entre las fortalezas de Charlotte se puede destacar la hermosa animación que recrea las pinturas de Charlotte con precisión y espectacularidad visual en estallidos de color, además de hacer que la Europa de la Segunda Guerra Mundial cobre vida con escenarios realmente vividos y un gran nivel de atención al detalle en la precisión de los trazos. La creación de personajes también presenta una vistosidad notable con diseños elegantes que dotan de expresividad a los distintos individuos que pululan alrededor de la historia, donde destaca Charlotte con sus facciones dulces y ojos de gran tamaño.
La música de Michelino Bisceglia presenta composiciones elegantes que enlazan con la vena artística de Charlotte y le otorgan poder a las imágenes. Un complemento orquestal que funciona como un metrónomo.
El reparto elegido para darle voz a los personajes cuenta con intérpretes de renombre como Keira Knightley, Brenda Blethyn, Jim Broadbent, Sam Claflin, Eddie Marsan, la fallecida Helen Mccrory, Sophie Okonedo y Mark Strong. Todos hacen un buen trabajo vocal, pero Knightley es la más memorable, con una dicción suave que nutre de vida a Charlotte y captura la esencia de la artista con toda su complejidad.
Muchos fallos narrativos para una historia interesante
El guion de Charlotte es el elemento discordante en un conjunto aceptable. La naturaleza esquemática de su estructura encasilla a la producción en la línea general de un biopic al uso, sin grandes sorpresas y una rigidez formal que vuelve a la historia insípida y le resta emoción a pasajes de la narrativa que claramente necesitaban de un añadido extra para ser efectivos.
La consecución de eventos en la vida de Charlotte es un recorrido básico por la trascendencia del artista y las dificultades mundanas sin ton ni son. Temas como la xenofobia, las enfermedades mentales y la muerte son abordados sin mucho tacto y con un efecto rocambolesco que desconcierta, hasta llegar a un final abrupto, donde cualquier atisbo de autenticidad queda anulado.
El academicismo que impregna la cinta la convierte en un producto frío sin posibilidad de generar una conexión emocional con los espectadores. Esto ocasiona que la historia sacrifique un elemento que la volvería más poderosa y pierda el norte irremediablemente.
En conclusión…
Charlotte posee buenas intenciones y una animación impecable, pero todo ese esfuerzo se ve opacado por una historia sin vida y decisiones creativas cuestionables. Es una película correcta con muchas carencias.
