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Críticas de cine

‘Amigo’: drama y escalofríos en el debut de Óscar Martín

Javier Botet y David Pareja deslumbran en una cinta sobrecogedora

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3/5

Bajo la superficie de un film de género bien realizado siempre hay una intención de contar algo más, y en Amigo, encontramos una de esas ocasiones ganadoras. Lo cual no quiere decir que no genere, también, escalofríos y mucha tensión. En este debut en el largometraje de Óscar Martín encontramos muchos elementos del cine de terror, pero el conjunto se acerca más a un thriller psicológico. Sin embargo, no necesita de etiquetas: la cinta rezuma alma y amistad con el cine.

‘Amigo’ es una película de personajes

Podemos decir sin miedo que el peso de la trama recae en sus personajes principales, David y Javi. El primero tiene que cuidar al segundo tras un grave accidente, llevándolo a una casa bastante aislada. Javi está en una silla de ruedas y casi no puede moverse o hablar. Pronto comenzaremos a descubrir que a pesar del gesto tan bonito que percibimos en un primer momento, la relación está más rota de lo que pensábamos. Y menos mal, porque eso nos regala momentos maravillosos.

Es justo decir que si la película funciona, en gran medida, es gracias a sus dos actores principales: Javier Botet y David Pareja. La verdad es que resulta curioso que tengan el mismo nombre que sus personajes. ¿Una manera de empatizar más y meterse en sus papeles? Desde luego ellos estuvieron en la escritura del guion mano a mano junto a Óscar Martín, que acabó dirigiéndola, convirtiendo la historia en un trabajo colaborativo. Gracias a esto, se nota que cada actor tenía muy clara su postura.

Se agradece ver por fin a Botet

Los personajes son convincentes, y las interpretaciones sutiles, llenas de matices y de gestos que nos dan a entender muchas cosas. David Pareja construyendo ladrillo a ladrillo, a través de la repetición de acciones, un retrato de la locura que asusta, haciendo creíble el momento en el que explote. La espera a que eso ocurra se hace también dura.

Pero el personaje de Javier Botet me ha impresionado mucho. Primero celebrar poder verle sin tantas prótesis y fijarnos perfectamente en su trabajo expresivo, que en esta película es crucial, ya que al personaje le cuesta mucho hablar. Hay varias secuencias hacia el final de la cinta en que aguanta en pantalla durante largos planos secuencia en los que crea la tensión únicamente con el sufrimiento que transmite. He de decir que no creo que teniendo una movilidad apta, la interpretación de un cuerpo que sufre al moverse sea tarea fácil, y lo cierto es que esos momentos son muy buenos. También crea un personaje ambiguo, que comete actos que no comprendemos, pero tampoco diríamos que los hace de mala fe. Todo esto funciona gracias a un compromiso con el personaje, cosas que ambos actores bordan.

Una realización coherente

Ya no sólo la fotografía apoya la historia que se quiere contar, teniendo tonalidades muy oscuras. Hay momentos muy inquietantes y bellos a la vez, como ver a David subiendo a Javi por las escaleras: es un momento con una luz muy concreta que nos regala casi una pintura de exposición. También la localización apoya mucho los sentimientos que irán aflorando, incluso el tiempo es un reflejo del interior de los personajes. Pero el film no se queda solo en eso para ilustrar y transmitir la situación.

Nos encontramos ante una vida que se torna monótona según avanzan los minutos. Primero somos espectadores, y vemos las acciones pasar: planos largos y fijos, llenos de movimientos internos. Después, cuando los protagonistas están juntos, seguimos igual: todas las secuencias que nos narran la dependencia que sufre Javi tras el accidente ocurren de manera sosegada. Sin embargo cuando David está solo, las escenas son cortitas, con acciones concretas y directas. Esto nos hace percibir ese aislamiento, esa lentitud a lo largo de los días. También, al ver a Javi expuesto a la ayuda de su amigo, vemos en parte que siente cierta humillación, y todo eso, dado por la elección de los planos. Cine.

El film opta por tener muy poco dialogo, y funciona, esto también refuerza la sensación de soledad, de que esa amistad no está tan bien como parece. Se nota que no es solo porque a uno de ellos le cuesta hablar. Ya tenemos un tratamiento del sonido muy interesante: algunos de ellos resaltan por encima de otros, y se intuye el trabajo que hay detrás. Y para rematar en este aspecto, tenemos la música de Manu Conde, que sin duda funciona a la perfección.

Ecos de una película de terror

No todo es un drama desgarrador en ‘Amigo’, también el descenso a la locura y a una situación extrema se va cociendo a fuego lento. Para ello, las escenas oníricas están presentes, y hay un momento en el núcleo de la película que hace dudar incluso al espectador de lo que es real y de lo que no. Es en estos momentos cuando se ve que el director tiene tablas para contarnos historias puras de género.

De hecho, el uso de la campanilla con la que Javi puede pedir ayuda a David estando este en la otra punta de la casa, es un elemento que funciona muy bien. Su sonido acaba siendo escalofriante, y nos brinda secuencias que aprovechan todas las claves del género. No en balde es el elemento que podemos ver en uno de los pósters del film. Como seguidor del género estos momentos me han gustado mucho.

La dependencia, la amistad y la religión

El suspense funciona, las interpretaciones abruman, y la historia es fresca e incomoda. Pero también esta llena de subtexto y temas que nos hacen reflexionar, sin que nosotros nos demos cuenta. El que más me ha llegado es esa dependencia, frustrante para ambos, de distintas maneras. El llanto desgarrado e inmóvil de Botet en la bañera es sobrecogedor, y pone encima de la mesa muchos sentimientos que, honestamente, me parecen de una verdad incipiente y aterradora. Hablaba en el apartado anterior de terror, de las claves del género, pero, para mí, es mucho más terrorífico pensar que estoy envuelto en una situación así. Auténtico miedo.

Desde el título de la película nos dejan claro otro de los temas: la amistad. Y es que aquí vemos que el amor y el odio no están tan lejos algunas veces. Los matices de una relación son muchos, y esta pareja los tiene todos: rencor, celos, culpabilidad, reproches… Son una coctelera emocional, que se necesitan el uno al otro más de lo que les gustaría admitir.

Ya desde los elementos de la escenografía hay algo que nos están explicitando: Javi está rodeado de crucifijos, y David se dedica a pintar vírgenes en su tiempo libre. Un momento brillante ocurre cuando David, mientras pinta, escucha música y baila, hasta que una de las vírgenes se cae al suelo, rompiéndose en pedazos. La fe se rompe, y tras eso, toma una decisión drástica. Pero antes de ello, hemos visto cómo sube a su amigo en brazos por las escaleras, recordando este a Jesucristo. También vemos cómo el personaje de Javier tira un crucifijo, como metáfora de ser el causante de ese quebranto de la fe.

‘Amigo’ es una ópera prima intensa e interesante

Amigo‘ es una película que se limita a un espacio y a dos actores, pero que sabe perfectamente lo que quiere contar. El fondo funciona, y la forma acompaña y defiende esa historia. Ver a Botet con su expresividad al descubierto ha sido un regalo, aunque también ha conseguido mantenernos en tensión durante varios minutos seguidos. El retrato de la locura que dibuja David Pareja es obsesivo y complejo, con esa ambigüedad en sus sentimientos externalizada con contradicciones entre sus actos y gestos.

Una película que respeta el género, que sabe ser dramática, escalofriante y consciente de la cinematografía a la vez. Si esto es lo que van a ofrecernos, yo me apunto a que seamos amigos para siempre. Eso sí, no me hago responsable de a dónde pueda levarnos eso.

Desde pequeño llevaba las cintas de VHS al salón en vez de usar juguetes. Crecí viendo cine, estudié realización y guion. Comparto el cine, mi estilo de vida, en CasadoConElCine. Una película no acaba en la pantalla, continúa en la conversación que crea.