Crítica de El Método Williams

Con cinco nominaciones a los premios Oscar, El Método Williams (King Richard) se ha convertido en uno de los grandes biopics del año. La película, que narra la infancia de las hermanas Venus y Serena Williams, está dirigida por Reinaldo Marcus Green, quien ya nos trajo producciones como Joe Bell (2021) y Monstruos y hombres (2018).

Tráiler y sinopsis

La película es un biopic sobre Richard Williams, un padre inasequible al desaliento que ayudó a formar a dos de las deportistas más extraordinarias de todos los tiempos, dos atletas que acabarían marcando época en el deporte del tenis.

Richard tenía una visión muy clara del futuro de sus hijas, y sirviéndose de métodos arriesgados y poco convencionales, elaboró un plan que llevaría a Venus y Serena Williams de las calles de Compton, California, al olimpo del deporte, convirtiéndolas en iconos del tenis.

Crítica de El Método Williams

El método Williams es una película que tira de todos los elementos conocidos e indispensables para aspirar a la estatuilla, centrándose nuevamente en unos protagonistas de clase baja que anhelan cumplir el gran sueño americano. Es como si Hollywood ya hubiese dado con la clave para producir películas con este único motivo.

En este caso, la cinta de Reinaldo Marcus Green nos ofrece una narración sobre lucha y superación sin dejar de blanquear unos acontecimientos y a un persona cuyas hazañas pueden llegan a parecernos más discutibles de lo que se muestra en pantalla, algo que ya ocurrió con la Bohemian Rhapsody (2018) de Bryan Singer y Dexter Fletcher.

No obstante, esto no significa que no sea una obra más que disfrutable, destacando por encima de cualquier otro apartado las interpretaciones de su elenco protagonista, especialmente si hablamos Will Smith y Aunjanue Ellis, cabezas de familia de los Williams.

Quizá El Método Williams pueda pecar de un metraje algo excesivo, dejando aún así la sensación de que concluye justo cuando la historia comienza a ponerse interesante de verdad. Pero sin duda cumple su cometido de forma efectista sin dejar de ser una producción que, dejando de lado las nominaciones, tampoco es que vaya a pasar a la historia.