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Críticas de cine

El Vientre del mar: un experimento a fuego lento que navega entre el cine y el teatro

La película más premiada de la historia del Festival de Málaga está nominada al Goya al Mejor Guion Adaptado.

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3/5

Este viernes 14 de enero llega a Filmin, tras su paso por los cines, la película El vientre del mar, última obra dirigida por el cineasta balear Agustí Villaronga. Mezclando los lenguajes del cine y el teatro, el film es una reflexión sobre la actual crisis humanitaria en el Mediterráneo que parte de un texto de Alessandro Baricco sobre el hundimiento de la fragata francesa Meduse a principios del siglo XIX.

Rodada durante la pandemia, en blanco y negro, la película hizo historia en la última edición del Festival de Málaga, pues al llevarse seis premios (entre ellos la Biznaga de Oro a la Mejor Película), se convirtió en la película más premiada de la historia del certamen.

El vientre del mar se ha proyectado además en otros festivales como Rotterdam, Moscú (Premio de la Crítica) o el Atlàntida Mallorca Film Fest, donde fue film inaugural. Está nominada en la XXXVI edición de los Premios Goya, en la categoría de Mejor Guion Adaptado. Sin duda, hablamos de uno de los grandes estrenos de Filmin en enero de 2022.

Tráiler y argumento

Décimo largo de ficción del director mallorquín Agustí Villaronga. El cineasta concibió este proyecto como un montaje teatral, pero la pandemia obligó a cambiar de planes: “Surgió la idea de hacer una película a caballo entre cine y teatro, a través del texto de Baricco, como una manera de reinventarnos ante la dificultad”.

El vientre del mar recrea como el ser humano se enfrenta al conflicto. El horror vivido por estos hombres atrapados en una balsa en medio del mar, con una terrible sensación de claustrofobia se puede extrapolar a un espacio real o simbólico del mundo actual. Las desigualdades, el egoísmo, el instinto de supervivencia, o el embrutecimiento humano, causado por diferentes circunstancias, no entienden de fronteras o épocas. El miedo nos convierte en animales y nos empuja a sobrevivir.

El director, que cita films como El faro (Robert Eggers, 2020) o November (Rainer Saernet, 2017) como referentes visuales de El vientre del mar, explica que su película hace referencia a la crisis humanitaria que se vive desde hace años en el Mediterráneo: imágenes del proyecto In the Same Boat, del italiano Francesco Zizola, quien filmó el naufragio de migrantes en el Mediterráneo del barco Bourbon Argos, en un multipremiado trabajo, aparecen en El vientre del mar.

Pero no solo subyacen los conflictos migratorios, sino que también el espectador descubrirá paralelismos con otros enfrentamientos, como las tensiones raciales o a lucha de clases. En el reparto, distintos personajes subsaharianos conforman una especie de coro de una tragedia griega.

Crítica de El Vientre del mar

El vientre del mar supone un experimento aislado de las producciones que ocupan hoy las salas de cine. Navega lejos de cualquier convención narrativa al uso, tejiendo sus diálogos a base de largos monólogos teatrales. La imagen en blanco y negro y su intención de generar una atmósfera triste y agonizante ocasiona situaciones para la reflexión, aunque algo tediosos en los que, por momentos, uno se pierde durante el visionado.

Apartado técnico

Sabiéndose de los riesgos que corre Villararonga al apostar por un híbrido entre el cine y el teatro, el director juega sus mejores cartas en una fotografía preciosista que supone uno de los grandes logros del film. A más de uno le recordara por momentos a La Vampira de Barcelona (Lluís Danés, 2020), otra película que también está protagonizada por Roger Casamajor.

Se desmarca por un mejor juego de luces y sombras en espacios y decorados pequeños. Las referencias pictóricas a La balsa de la medusa, del pintor Théodore Géricault, suponen en esencia ese horror y el aroma a muerte que transmite la película, tal y como hizo Lars von Trier en el clímax de La casa de Jack (2018)

La historia

La historia se centra en el naufragio de 147 hombres tras el hundimiento de la fragata Alliance, narrado desde un juicio posterior por parte de dos de los implicados en la tragedia. Las interpretaciones de ambos protagonistas suponen otro gran triunfo de El vientre del mar (Oscar Kapoya se merece gran parte del reconocimiento).

La horrible experiencia saca a relucir las peores condiciones del ser humano cuando este se enfrenta a la desesperación, al hambre y a la ira. El director juega así entre diferentes escenarios, saltando entre la embarcación a la deriva (en un increíble y estilizado decorado low cost) y divagaciones entre momentos de ensoñación onírica en lo más profundo del océano.

Su apuesta arriesgada no es para todos los públicos, así que recomiendo un clima de atención adecuado para poder disfrutar de sus escasos 80 minutos.

Puedes ver El vientre del mar en Filmin

Muchas pelis y libros pendientes de leer. Puedes escucharme en el podcast de Puro Vicio y en el de Soydecine.com.

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