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Críticas de cine

Godland: una odisea visualmente deslumbrante

El poder de las imágenes

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A lo largo del Festival de cine de San Sebastián, en Soydecine.com pudimos disfrutar de producciones de todo tipo. Godland, de Hlynur Pálmason, fue una de ellas. Hablamos de una obra contemplativa y, a la vez, visualmente deslumbrante que, sin lugar a dudas, no dejará a nadie indiferente

Tráiler y sinopsis de Godland

TRÁILER ED GODLAND | NEW EUROPE FILM SALES

A finales del siglo XIX, un joven sacerdote danés viaja a una zona remota de Islandia para construir una iglesia y fotografiar a sus habitantes. Pero cuanto más se adentra en el implacable paisaje, más se aleja de su propósito, de su misión y de la moral.

Crítica de Godland

A veces los paisajes nos dejan sin habla, la naturaleza es bella de una manera única y especial. Pero también es peligrosa, basta, un misterio en muchas ocasiones. La fuerza de las imágenes se ve clara: depende del enfoque podemos ver la belleza o el misterio, lo mejor o lo peor. En soydecine.com hemos podido ver Godland en el 70 festival de San Sebastián, la nueva película de Hlynur Palmason, y desde luego es un producto que no deja indiferente a nadie.

El poder de las imágenes

En Godland, a finales del siglo XIX, un joven sacerdote danés llega a Islandia con la misión de construir una iglesia y fotografiar a sus habitantes. Pero, cuanto más se interna en aquel implacable paisaje, más se sume en las ansias de la tentación y el pecado. La cinta está basada en lo que se suponen la primeras fotografías que se sacaron en la zona, y desde luego lo deja claro,ya que prácticamente cada plano es una instantánea. Está claro que el tema del poder de las fotografías está desde el inicio en la idea, y es consecuente con ella durante sus 143 minutos.

En Godland, nos encontramos frente a un film contemplativo que se va a dedicara mostrarnos este viaje de una manera pausada y llena de imágenes muy bellas y crudas cuando hace falta. La película es en 4:3 dándole poder al mensaje que trata de trasladar. La cámara no se mueve demasiado, también para que sintamos la dificultad de sacar las fotos en aquella época, que ya lo vemos a través de su protagonista, pero esta realización apoya este punto.

Godland es para dejarse llevar y disfrutar del viaje, de la jornada de una fotografía espectacular mientras el protagonista va enfrentándose a lo basto de un paisaje que le resulta hostil, bello, y lleno de pruebas físicas y mentales que tendrá que ir superando. Si entras en este dinámica lenta y calmada, puedes llegar a disfrutar. Pero tienes que tener el día.

Falta de emoción

Godland está tan preocupada en el poder de las imágenes, que la austeridad de sus personajes, la distancia que la cámara tiene con ellos consigue que no conectemos con ninguno de ellos o con la situación. Todo lo que ocurre lo vemos con demasiada distancia, con el problema que ello conlleva. Sin duda es lo que mas nos saca de la historia y nos hace plantearnos si el viaje merece la pena.

Ingvar Egger Sigurdsson es el actor que se encarga del personaje protagonista en Godland y tiene momentos de interpretación interesantes, pero con la manera de mostrarlo y esa falta de conexión, es un trabajo que acaba eclipsado por el estilo de la película. Ninguno de los personajes consigue llegar a un lugar en el que nos preocupemos por su futuro, presente o pasado.

Dos partes muy diferenciadas

Godland tiene una duración considerable, pero tiene dos partes muy diferenciadas en su trama. En primer lugar asistimos a ese duro viaje por paisajes extraordinarios con una dirección preocupada a más no poder por la fotografía del film. En la segunda, asistimos a la construcción de la iglesia. La primera parte es hipnótica, es un tipo de cineque visualmente nos cautiva. La segunda parte se centra más en los personajes ya que el espacio no cambia demasiado, y aquí la película baja un poco, ya que aunque las situaciones filosóficas son interesantes, no consigue llegar a nuestras reflexiones. Ese problema consigue que el final no nos llegue del todo, lo cual es una lástima, porque en cuanto a concepto de realización es interesante.

Desde luego Godland consigue transportarnos a la época y al lugar que pretende representar, no solo a través de la dirección, sino también de todo el departamento de arte, de todo el vestuario, el maquillaje y el diseño de producción de lo que vemos en pantalla. Los paisajes son lo que son, pero lo que los personajes llevan encima o las aldeas que llegamos a ver, son sin duda super interesantes en pantalla.

Godland nos da control sobre la imagen

Al final del visionado de Godland, tenemos la sensación de que el pulso del directo detrás de la cámara es increíble, que sabe donde poner la cámara, y que visualmente y técnicamente hemos visto algo maravilloso. El control que ejerce sobre su producción es brutal, pero eso hace que los personajes se nos queden lejanos, y por lo tanto, sus conflictos también.

Desde pequeño llevaba las cintas de VHS al salón en vez de usar juguetes. Crecí viendo cine, estudié realización y guion. Comparto el cine, mi estilo de vida, en CasadoConElCine. Una película no acaba en la pantalla, continúa en la conversación que crea.

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