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Entrevistas

‘Home is Somewhere Else’: El documental animado que abraza la empatía con los migrantes

Carlos Hagerman y Jorge Villalobos nos hablan sobre uno de los grandes documentales mexicanos de los últimos años

María-Rehberger

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“Para ser dueño de tus sueños debes tener la ciudadanía”, una frase que se me quedó grabada como fuego en la piel, tras ver el documental animado Home is Somewhere Else, de los mexicanos Carlos Hagerman y Jorge Villalobos. Desde un punto de vista más humano, familiar y menos victimizante, el largometraje acerca al público uno de los talones de Aquiles que sacuden al mundo: la migración y clandestinidad en la que viven millones de familias hispanas en Estados Unidos.

No en vano, El Clandestino de Manu Chao suena en esta producción que, a través de la historia de tres familias, habla de los sueños frustrados, del miedo a ser deportado y el dolor por esta separación, pero siempre desde las emociones de cada protagonista. Esto consigue impulsar un sentimiento vital y la base sobre la que debería estar definido el mundo: la empatía.

Con este propósito, Hagerman, de vasta trayectoria en animación, y Villalobos en la parte documental, desde Brinca- productora que fundaron hace once años- fusionaron ambos elementos para llevar a la gran pantalla este documental que, mediante entrañables dibujos, logra suavizar la cruda realidad.

“Cuando vivía en Miami, vi un documental de Jorge Ramos, donde entrevistaba a niños norteamericanos con miedo de perder a sus padres por las deportaciones. Estas historias contadas por niños es lo que buscábamos, pues la narrativa de dichos temas siempre viene de adultos y queríamos dirigir el largometraje a los jóvenes”, cuenta Villalobos a Soydecine.

La semilla

Home is Somewhere Else retrata tres historias, cada una realizada por una productora distinta, Casiopea, Virus Mecánico y Llamarada. La primera es la de Jasmine y su búsqueda de la felicidad. Una niña, de 11 años, que vive con el temor de que sus padres sean deportados. Con esa edad, se convierte en activista y da un discurso en La Casa Blanca para defender los derechos de sus padres y de los migrantes que nos deja sin aliento por la admiración que desprende. Fue, de hecho, la semilla del proyecto.

“A través de asociaciones y periodistas, conocimos a la familia de Jasmine. Fue increíble ver la inocencia de una niña de 11 años. Su valor de ir y pelear por sus papás, allí en La Casa Blanca. El día que nos encontramos, le pedí que hiciera unos dibujos de su familia y cuando los vimos dijimos: así se tiene que ver su capítulo e hicimos una cápsula, de dos minutos, contándonos este viaje a La Casa Blanca. Teníamos algo muy poderoso, emotivo, que nos hacía conectar más con la subjetividad. Esto fue la primera semilla, hace seis años”, relata Villalobos.

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Tan cerca y tan lejos

El segundo relato, Historia de dos hermanas, versa sobre la vida de Evelyn y Elizabeth, quienes terminaron el bachillerato y viven separadas por la frontera. Ellas son las protagonistas de Los que se quedan, película que dirigió Hagerman y cuya historia también encajaba en este mosaico de voces.

En este caso, Evelyn vive en Los Ángeles y quiere emprender un negocio, pero sus sueños se ven frustrados por estar sin papeles-ella es la viva voz de la frase con la que arranca este artículo-. Por su parte, Elizabeth es feliz en Dzoncauich, su pueblo de Yucatán. Aspira a ser doctora y, como tiene la ciudadanía estadounidense, quiere ayudar a su hermana a cumplir su sueño.

El Deportee

El tercero, Between dos mundos, es la vida de José Eduardo Aguilar, El Deportee, poeta, activista, aspirante a cineasta y una pieza clave del largometraje. Pasó toda su juventud en Utah, pero es, de nuevo, otro caso de sueños rotos por los papeles, pues como alega el documental: “importan más los papeles que las personas”. A José Eduardo lo deportaron tras participar en una marcha en defensa de los migrantes. Refleja que la suerte no está siempre de nuestro lado. Cuando el destino tiene trazado un camino, ni aunque te quites. De ahí asumió la identidad de El Deportee.

“Conocí a José Eduardo en el festival DOCSMX. Él fue un adolescente que luchó con su idea de futuro. Eso fue un gran hallazgo en términos creativos. Nos dimos cuenta, además, de su enorme poder como narrador, escritor y poeta. Por ello, decidimos no usar una voz externa y que José fuera la narrativa que sustenta a las historias para preservar ese punto de vista más familiar”, comenta Hagerman y añade que, en primera instancia, tuvieron una aproximación con el director Alejandro González Iñarritu para ver si quería ser el narrador.

Estructura horizontal

Esta película es el resultado de muchos corazones y de que la unión hace la fuerza. Una de las mayores lecciones, tanto laboral como personal para los cineastas, fue abrazar la colectividad en una estructura que, generalmente, es rígida y jerárquica. Enterraron la idea de la vieja escuela donde un jefe manda y los demás obedecen. Por ello, durante esta travesía de trabajar con tres productoras, optaron por un esquema horizontal y abrieron una conversación creativa con todos los involucrados para proponer ideas.

“El reto creativo y visual era enorme. No había imagen y teníamos que crear todos estos universos y soluciones narrativas que apoyaran al audio. Por lo que, gran parte de las ideas y secuencias que más nos gustan vienen de todos estos artistas. En esta película hay muchos corazones”, expresa Villalobos.

El galardón más deseado: la empatía

Home is Somewhere Else ya colecciona galardones como el Premio de la Audiencia para Mejor Documental y el Premio a la Mejor Película de Frontera, en el Festival de Cine Latino de San Diego. Además, obtuvo el Premio a Mejor Documental Mexicano en DOCSMX y al Mejor Documental para Jóvenes en el Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam. Dejó su huella en los festivales de Annecy, Morelia, Guadalajara y Cleveland, entre otros.

“En Cleveland hubo un panel con jóvenes que hablaban de la experiencia de ser indocumentados o tener DACA (programa de acción diferida para los jóvenes llegados en la infancia a Estados Unidos). Una chica, que no era parte de la comunidad latina, se acercó y nos comentó que no tenía ni idea de que esta situación estuviera sucediendo en Estados Unidos”, apunta Hagerman.

“Sabemos que la película tiene este doble poder en Estados Unidos y fue la razón por la cual la hicimos. Uno de nuestros objetivos es que el documental se pueda convertir en una herramienta de comunicación para los maestros y gente que trabaje en centros comunitarios para estas comunidades. Es una herramienta ideal para que se hable de los temas de separación familiar con estudiantes de preparatoria y universidad, que ya tienen la capacidad de racionalizar. Es el momento en el que los adolescentes están definiendo su identidad social y con Home is Somewhere Else pueden tener una revelación que nos ayude, aunque sea un poquito, a ver su realidad de manera distinta y genere adultos con una visión mucho más empática”, agrega.

Próxima parada: El Capitolio

Ahora, Carlos y Jorge están trabajando con una agencia de lobbying político para que Home is Somewhere Else se proyecte en El Capitolio. Comentan que tuvieron más de 34 juntas con personas del staff del Caucus Hispano del Congreso, enfocado en dar voz a las prioridades de la comunidad latina en Estados Unidos. Hasta el momento, hay una congresista de California que va a patrocinar la función, dependiendo del clima político y disponibilidad de los equipos.

En México confirmaron una función en el Senado a finales de junio. “Esperamos traer la discusión pública desde un punto de vista más humano, más que señalar las deficiencias del sistema”, matiza Carlos. “Lo que es un hecho, es que la migración está redefiniendo las sociedades, quieran o no esta mezcla, y va a depender de aceptar esta diversidad para que crezcan sociedades más sanas, con menos tensiones”, concluye.

En definitiva, el largometraje está dedicado a todas las familias que salieron por una mejor vida y no importa cuál sea el destino, mientras les den la bienvenida. Que los papeles no pesen más que las personas y que, algún día, podamos portar el pasaporte de ciudadanos del mundo.

Periodista y PR. Para mí las mejores sesiones de terapia son el cine y las series. Me gusta comentarlas y darles mi receta en soydecine.com. Alma dividida entre México y España.