Connect with us

Críticas de cine

Jerk: Una sobrecogedora performance minimalista

Performance basada en los asesinatos reales que Dean Corll perpetró en los años 70.

Published

on

jerk-Gisele-Vienne-pelicula-ciritca
3/5

La polifacética artista francesa Gisèle Vienne coescribe y dirige Jerk, una película rodada en plano secuencia que adapta su exitosa performance del mismo nombre.

Con un único actor y unas cuantas marionetas, la directora recrea, de una manera bizarra e intimista, los últimos días del asesino en serie Dean Corll.

Tras su paso por varios festivales de cine de todo el mundo y tras haberse hecho con el premio a la mejor película en la sección Noves Visions en Sitges, la película llega a Filmin el próximo 24 de febrero.

Trailer y sinopsis de Jerk

JERK | SHELLAC FILMS

Un escenario, un actor y unas cuantas marionetas. Es todo lo que hace falta para contarnos los últimos días de Dean Corll, un asesino en serie que actuó en la década de los 70 y que acabó con la vida de más de veinte jóvenes en el estado de Texas en Estados Unidos.

Rodada en un único plano secuencia, el actor Jonathan Capdevielle es capaz de transportarnos a esa época con una actuación soberbia y emocionalmente intensa.

Crítica de Jerk

La minimalista puesta en escena de Jerk, hace que tengamos que reconstruir la historia usando la imaginación. Capdevielle es capaz de crear una atmósfera de lo más bizarra y arrastrarnos de lleno a ella.

Un ejercicio parecido al que nos obligó a hacer Antoine Fuqua en el remake de Culpable en el año 2021 aunque ambas películas transiten por terrenos muy diferentes.

Cine y teatro se dan la mano en Jerk

Jerk está más cerca del teatro que del cine. De hecho, es una performance teatral grabada con una cámara en una sola toma. La pieza original estuvo más de diez años recorriendo los escenarios de medio mundo.

A pesar de tener una pantalla que nos separa física y temporalmente de Jonathan Capdevielle, el actor, cantante, ventrílocuo, bailarín y titiritero es capaz de generar una enfermiza y magnética atmósfera con muy pocos elementos. Estamos convencidos que esa experiencia inmersiva tiene que ser mucho más poderosa cuando se asiste al espectáculo en directo.

La puesta en escena es simplemente él, sentado en una silla, interactuando con unos títeres que le ayudan a desarrollar la historia. Se apoya de manera puntual en música ambiente o en una voz en off que narra algunos pasajes. La directora y guionista Gisèle Vienne no necesita nada más para reconstruir esta macabra historia real de pasiones, sexo, tortura y asesinato.

Reviviendo las atrocidades de Dean Corll

Dean Corll, con la ayuda de dos cómplices adolescentes, David Owen Brooks and Elmer Wayne Henley, acabó con la vida de 28 jóvenes entre 1970 y 1973. Un caso que pasó a la historia con el nombre de “the Houston Mass Murders” y que conmocionó a la sociedad texana por la manera atroz en la que fueron perpetrados esos crímenes.

A pesar de que la recreación de algunos de esos brutales momentos está hecha con marionetas, uno no puede evitar formarse perturbadoras imágenes en su cabeza, llenando los huecos visuales que deja la actuación de Capdevielle. Ese es el motivo de que Jerk, a pesar de su escasa duración, deje un poso tan grande en los espectadores.

Jerk nos obliga a ser espectadores activos y a implicarnos emocionalmente en la historia que nos cuenta. Nos hace reír (a nuestro pesar), sentirnos incómodos, emocionarnos y encogernos ante lo abrumador de lo que se nos cuenta.

Una exploración profunda de una psique perturbada

Jerk propone un viaje sin retorno a una mente compleja y perturbada. Las conversaciones entre Corll, Brooks y Wayne muestran un conjunto de relaciones tóxicas en las que se mezclan la admiración y el miedo.

Al igual que el líder de una secta, el asesino en serie tenía una personalidad que atraía la admiración de los jóvenes de los que se rodeaba. Con ayuda de las drogas, era capaz de convencer a algunos de ellos de que dejarse torturar hasta morir podía convertirse en algo poético.

Ejercía un poderoso dominio emocional sobre sus cómplices, que lo seguían sin cuestionarse la brutalidad de sus actos. Corll aparece reflejado como una persona despiadada y manipuladora, capaz de crear una relación de dependencia con sus víctimas.

Hombre orquesta

Jonathan Capdevielle lo hace todo. Imita voces y sonidos, llora, grita, se enfada, se muestra despiadado y vulnerable.

La actuación del francés es tan intensa que uno se pregunta si será capaz de despojarse de esas emociones al terminar el espectáculo. Jerk es una de esas piezas que dejan agotado al intérprete, sin importar su experiencia o bagaje previo.

Capdeville lleva desde los dieciocho años encima de un escenario y es un colaborador habitual de Vienne. De hecho, ha participado en prácticamente todas las obras de la directora desde el debut de esta en el año 2000.

Una producción como Jerk solo puede funcionar con la plena confianza de todos los artistas implicados.

Nuestra valoración de Jerk

En Soy de cine nos encanta encontrar pequeñas gemas escondidas. Producciones diferentes que nos aporten una experiencia novedosa. Jerk, lo es. Esta performance en plano secuencia consigue dejarte emocionalmente exhausto en su escasa hora de duración.

El guion de Gisèle Vienne y la intensa y brillante actuación de Jonathan Capdevielle consiguen crear una atmósfera bizarra e hipnótica de la que es imposible escapar.

Las escenas de las brutales torturas y asesinatos reales que Dean Corll perpetró en los años setenta están recreadas con marionetas. Capdevielle se convierte en una suerte de cuentacuentos que obliga al espectador a sumergirse mentalmente en un viaje de sadismo, sexo y violencia.

Nacido en Las Palmas. Licenciado en filología inglesa. Autor del libro de relatos "Siluetas" y de las novelas "Las sombras que fuimos" y "Los alterados". Cocreador de la página de cine B Entre ninjas y lagartos. Actualmente reside en Maine (EEUU)