Críticas de cine
Karen: un retrato muy íntimo
La vida de la autora que escribió Memorias de África.
En los últimos días ha llegado a Filmin Karen, debut en el largometraje de la joven directora María Pérez Sanz que está producida por Redantfilms. La cinta formó parte, además, de la Sección Oficial del Festival de Sevilla del 2020 y, más recientemente, del D’A Film Festival, cosechando muy buenas críticas tras su proyección.
Arte y ensayo
Por lo general, la gente suele diferenciar el cine de autor del cine blockbuster como si ambos conceptos no pudieran estar ligados. En estos días, propuestas como Dune nos logran sacar de ese error. Y qué equivocados estamos al afirmarlo. Si tuviésemos que diferenciarlo, yo destacaría tres tipos de cine.
Por un lado estaría el cine mas impersonal, habitualmente ligado a las grandes producciones, donde trabaja tanta gente que es complicado que resalte la figura del individuo mas allá del grupo. Luego estaría el cine de autor, que podría manejar grandes o mínimas cantidades de dinero. Esto es importante tenerlo claro. Ser un autor, nada tiene que ver con el cine independiente europeo. Steven Spielberg lleva siendo autor toda la vida.
Por ultimo, estaría el cine de arte y ensayo. Ese que navega lejos de las tendencias y de la recaudación en taquilla, donde lo que impera es el creador. Karen se mueve a gusto entre este grupo y el segundo, puesto que respira a través de una única voz, la de su directora, María Pérez Sanz.
Hilando fino
Este singular biópic de la autora danesa representa la última etapa en África de Karen Blixen (aunque siempre firmó como Isak Dinesen). Suya fue la obra Memorias de África, mundialmente conocida sobre todo por la adaptación que hizo Sidney Pollack con Meryl Streept y Robert Redford.
El reclamo está ahí. Pero en Karen, nada nos recordará la grandiosa epopeya romántica de 1985. Además cabe destacar que este es un biopic poco convencional.
Siento que muchos retratos basados en hechos reales, acostumbran a estar hinchados, llenos de giros en la trama o un montaje ameno para no aburrir al espectador. Pero donde noto cierta neblina es a la hora de creerme lo que estoy viendo. Nunca compro retratos super anabolizados de vidas, que probablemente están más llenas de rutinas y pequeños detalles.
Karen pretende ofrecernos eso. Una taza de té a la luz de la luna en un paraje desértico de Kenia. El cine contemplativo ha tenido una mejor acogida recientemente entre el gran público, con propuestas muy interesantes como Minari, Nomadland o Luxor, de la que os hable no hace demasiado.
Aquí trataremos de comprender su figura en silencio. Hay una escena con su criado Farah en la que este ayuda a Karen a repartir el jornal de sus empleados. Cuando él pone en tela de juicio una de las cantidades dictaminadas por Karen, esta se muestra autoritaria. Pero todo esto ocurre con tanta delicadeza que casi se ve con el rabillo del ojo.
Demasiado fino
Todo transcurre con diálogos que son casi susurros. Estos hacen del biopic una rara avis a la que no estamos acostumbrados. Asistiremos a la vida de Karen, viéndola despertar, preparando su desayuno o, en momento más lucidos, contando los sueños que ha tenido. Siempre con una bonita fotografía. Presentando con esto sus mejores cartas.
Pero siento que peca demasiado de lanzar aquí y allá ciertas ideas que finalmente dependen demasiado de que el espectador las una. No siento que sea un mal recurso, precisamente el molde del que suele tirar el cine de autor de bajo presupuesto, se basa en la idea del “show, don’t tell“. Y me parece genial, pero no siento demasiada conexión con los personajes ni con sus acciones.
Uno puede llegar a hablar de la psicología del personaje de Karen tras el visionado, hay suficientes hilos de los que tirar detrás de esas cortinas. Pero es todo tan tenue que, como si de una taza de té se tratara, es agradable al primer sorbo, pero me deja frío en el último.
Kenia te espera
La directora María Pérez Sanz ofrece suficientes pistas como para tenerla en cuenta de cara a próximos trabajos. Una autora en medio de un mar lleno voces que se asemejan demasiado entre ellas. No te perderemos de vista.
