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Críticas de cine

Crítica de ‘Lizzie’, de Craig William Macneill

Uno de los asesinatos más conocidos en la historia de los Estados Unidos

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2/5

Tras ver Lizzie, no es de extrañar que este impactante asesinato en Norteamérica dejara conmocionada a la opinión pública estadounidense al final del siglo XIX. El juicio de Lizzie Borden fue tan famoso que, un siglo después, aún se siguen haciendo películas sobre el tema. Películas como esta, que estará disponible en Filmin a partir del 21 de enero. Una historia real que ha generado multitud de libros, películas y teorías de conspiración sobre quién fue la verdadera asesina del matrimonio Borden.

Una perspectiva lúgubre y feminista

Craig William Macneill (director) nos aporta una visión claramente feminista con dos apoteósicas protagonistas: Lizzie Borden (Chloë Sevigny, que además debuta como productora) y Bridget Sullivan (Kristen Stewart), quienes se rebelan ante una casa, que más que hogar, podría describirse como dictadura. Surge una extraña sensación de liberación en los asesinatos de Lizzie Borden, quien planea y ejecuta metódicamente este atroz desenlace, pues no es más que una crítica a la firme tiranía patriarcal que tenían que enfrentar las mujeres en aquella época.

Si algo podemos alabar de la cinta, es la preciosa escena que crea el equipo de dirección y producción. Nos encontramos ante unos planos lentos y oscuros, una fotografía exquisita en la que destacan pálidos colores y música lúgubre que consiguen crear una atmósfera ideal para representar los acontecimientos en Fall River, Massachusetts. Aun así, el ritmo de la película puede resultar un tanto lento y demasiado obvio. Y es que el director escoge el más famoso de los planteamientos para resolver la matanza.

‘Lizzie’ cuenta con buenas interpretaciones, pero falta de profundidad en los personajes

Las hermanas Borden, Lizzie y Emma, viven junto a su malvado padre Andrew Borden (Jamey Sheridan) y su madrasta Abby (Fiona Shaw) a la que odian. En los últimos dos años, Bridget empieza a trabajar en casa de los Borden como criada. Es allí donde sufre los abusos del despiadado Andrew. El personaje de Sheridan, aunque maravillosamente interpretado, se hace quizás demasiado exagerado, al igual que el de Bridget, que se nos presenta como demasiado inocente. Habría sido interesante incluir una complejidad más profunda en estos personajes que, por el contrario, sí que encontramos en el personaje de Sevigny. Esta, en cambio, va ganando fuerza con el transcurso de la peli y cuyo abuso psicológico va convirtiéndola en un personaje cada vez más oscuro e interesante.

El mensaje no llega como se pretende

Si me había emocionado al leer la sinopsis de la película, pues me esperaba uno de esos escalofriantes asesinatos en Estados Unidos, la lenta ejecución y falta de acontecimientos a lo largo de la trama me dejaron algo chafada. No es que sea una pérdida de tiempo, ya que siempre es intrigante ver la evolución de un psicópata en pantalla.

Además, el romance entre Lizzie y Bridget consiguen darle un tono liberador y hacer algo más ameno el visionado. A pesar de un guion diseñado para hablar de nuestra época, derrotar al patriarcado no está realmente en funcionamiento aquí, excepto en alguna que otra escena. La producción no consigue transmitir el mensaje como pretende.

Notas de prensa y artículos invitados sobre cine y series.