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Los Emigrantes: una odisea emotiva pero irregular

Una muestra de lirismo cinematográfico.

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3/5

Un relato contemplativo narrado en una escala épica es lo que ofrece esta miniserie sueca, que cuenta con la participación de la cantante Tove Lo dentro de su reparto. Los Emigrantes llegó a la plataforma de Filmin el 3 de agosto en el marco del Atlántida Film Fest.

Tráiler y sinopsis de Los Emigrantes

Basada en la serie de libros del mismo nombre escritos por Vilhelm Moberg, Los Emigrantes está ambientada a mediados del siglo XIX y cuenta la historia de Kristina y Karl Oskar (Gustaf Skarsgård y Lisa Carlehed), una pareja de granjeros suecos que decide embarcarse en un viaje hacia América con la intención de encontrar prosperidad y mejores condiciones de vida.

Crítica de Los Emigrantes

Bajo la sombra de la excelente adaptación de 1971 nominada al Premio Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa que fue protagonizada por dos grandes titanes del cine, los actores Max Von Sydow y Liv Ullman, esta nueva versión trata de aportar un estilo diferente a través de su propuesta visual, que emula a las cintas del cineasta norteamericano Terrence Malick, pero en el apartado narrativo posee una serie de fallos, a pesar de contar con un notable toque de emotividad.

Vamos por partes.

Paisajes y musicalidad

Lo primero que resalta de Los Emigrantes es su poderosa fotografía, por parte de John Christian Rosenlund, con especial atención en los grandes planos generales de las montañas y los lagos, que reflejan la relación entre humano y naturaleza, además de ser el contexto en donde ocurren muchos de los infortunios a la familia protagónica. Asimismo, la naturaleza funge como fuerza sanadora y destructiva al mismo tiempo. Las imágenes adquieren una calidad poética gracias al buen manejo de la cámara y su acercamiento estético se aproxima al trabajo de Terrence Malick, director que es conocido por sus largas secuencias de personajes en ambientes naturales mientras sus pensamientos se narran mediante una voz en off. Aquí sucede lo mismo y algunos de los planos rememoran grandes trabajos de Malick como Malas Tierras (1973) y El Nuevo Mundo (2005). Una muestra de lirismo cinematográfico.

El cuidado diseño de producción de Karl Júlíusson nos transporta a Suecia y Estados Unidos en el siglo XIX con un gran nivel de verosimilitud histórica. Desde la granja donde vive la pareja central, pasando por los barcos, el puerto de Nueva York y las tierras de Minnesotta, todo está pensado para crear un ambiente inmersivo e introducirnos de lleno en el mundo de los emigrantes. Este elaborado trabajo se aprecia también en el departamento de vestuario, con una amplia gama de diseños que oscilan entre tonos coloridos y terrosos para retratar la experiencia de los emigrantes y el choque de culturas. Asimismo, el trabajo de maquillaje y peluquería recrea heridas y el paso del tiempo en los personajes con precisión, encontrando su punto máximo en la evolución de Ulrika (Tove Lo).

La música de Johan Söderqvist presenta composiciones espectaculares que acompañan las imágenes a la perfección y cazan muy bien con el tono contemplativo de la producción.

Narrativa limitada

El problema más evidente de Los Emigrantes es su guion, que intenta adaptar los cuatro libros escritos por Moberg, pero consigue resultados irregulares. Hay muchos detalles importantes que se quedan fuera y la historia pierde una gran parte de su poder al convertirse en un recorrido accidentado por espacios íntimos de la humanidad y la experiencia de familias devastadas por la pérdida, pero simplificada a una serie de acontecimientos que se agolpan entre sí sin el debido tratamiento necesario para que la narrativa fluya de manera orgánica.

Donde se aprecia un mejor desarrollo es en las relaciones de los personajes, los cuales cobran vida como una familia unida por momentos alegres y tragedias, en partes iguales. La emotividad está bien trabajada y alcanza sus cotas más altas en los momentos finales de la producción.

Las actuaciones se mantienen en un buen nivel, con Skarsgård y Carlehed como los principales motores de acción para llevar a buen puerto la narrativa limitada con la que trabajan. Los actores comparten una química natural que permite al espectador sentir empatía por ellos y presentan registros dramáticos poderosos. Pero la gran sorpresa es la cantante Tove Lo en el personaje de Ulrika, una prostituta que viaja a Minessotta junto a su hija y forma una relación de amistad con Kristina. El desparpajo y la convicción de la actriz cada vez que aparece en pantalla le aporta fuerza a su caracterización y convierte a Ulrika en un personaje memorable.

En conclusión…

Los Emigrantes adapta con dificultad los clásicos de Vilhelm Moberg, pero una propuesta estética arrolladora y actuaciones sólidas la convierten en una producción interesante. No es de visionado indispensable, pero se deja ver.

Soy venezolano, tengo 24 años. Licenciado en Comunicación Social, mención Guionismo y Producción Audiovisual. Aficionado del cine y la literatura.