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Críticas de cine

¡NOP!: Domar lo indomable

Peele se adentra en el meta-cine con su personal odisea Sci-Fi.

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4.5/5

¡NOP!, la nueva película de Jordan Peele, llega a los cines españoles el próximo 18 de agosto de la mano de Universal Pictures.

Jordan Peele (Nosotros, Déjame Salir), uno de los directores de cine de terror más relevantes de los últimos años, le da una nueva vuelta al género con su tercer largometraje. La cinta está protagonizada por Keke Palmer (Estafadoras de Wall Street), el oscarizado Daniel Kaluuya (Judas y el Mesías negro, Déjame Salir) y el nominado por la academia Steven Yeun (Minari, Okja).

Sinopsis de ¡NOP!

Kaluuya y Keke son dos hermanos que se quedan huérfanos tras el fallecimiento de su padre debido a un extraño suceso. Estos deben continuar con el legado de la empresa familiar: un extenso rancho de caballos que sirven exclusivamente para participar en producciones audiovisuales.

Mientras que Kaluuya se ve obligado incluso a vender algunos de los sementales para poder salir adelante, su hermana Keke vive despreocupada. Sin embargo, otro evento desconcertante les obligará a paralizar sus vidas para centrarse en descubrir que es lo que está ocurriendo y el por qué.

Desde Soydecine os invitamos a leer la crítica después del visionado.

En ¡NOP! la lente es el ojo del huracán

La fuerza arrolladora de la naturaleza es imparable, su inercia titánica no tiene compasión. El ser humano es muy consciente de ello, por lo que desde tiempos inmemoriales ha optado por admirarla y representarla: desde pinturas rupestres o Haikus, pasando por la corriente paisajista o la fotografía hasta alcanzar la forma definitiva que encapsula la realidad, el cine. En ¡Nop!, Jordan Peele establece un meta-relato brillante sobre la pureza de lo cinematográfico y su capacidad mágica de atrapar lo intangible en un fotograma.

Si bien es cierto que en apariencia, la cinta es un mayúsculo Sci-Fi con logradas set-pieces fundamentadas en la tensión y lo impredecible de las mismas, es en sus capas más profundas donde reside su verdadera forma. Es una fábula bidireccional capaz de erigir una bella reflexión sobre lo fugaz de lo artístico, un ensayo sobre el irrefrenable deseo del autor de crear imágenes inolvidables.

La fotografía de Hoyte Van Hoytema estiliza la imagen de forma exquisita, acompañando al vibrante look neo-western de la misma. El diseño de vestuario, el semblante de los personajes y los indómitos parajes que observamos en el film, son propios de la estética clásica del cine del oeste. Esta idea, evoca las raíces más profundas del séptimo arte y conjuga una preciosa rima con la tesis expuesta. El Western es uno de los géneros más ricos que existen, siendo capaz de plasmar lo salvaje de forma tan visceral como bella, tal y como hace ¡Nope!.

Daniel Kaluuya, Brandon Perea, and Keke Palmer in NOPE, written, produced, and directed by Jordan Peele.

”Tú lo domas, yo lo filmo”

La obsesión (atemporal) suicida y egoísta del artista por filmar imagénes grandilocuentes y únicas siempre se impone frente al sentido común, planteándose el arte como un fin superior de entidad cuasi divina. En ¡Nop!, el enemigo no sólo representa una amenaza si no que es también un elemento anómalo fascinante que merece la pena ser retratado y expuesto ante el mundo. El tratamiento visual pasa primero por la lente de la cámara, delimitada previamente por la concepción autoral que imprime al acto (a la hazaña) de hacer cine de un valor incalculable.

No debes errar el momento del parpadeo. La ventana para poder captar la espectacularidad es efímera, se demora en ocurrir y se apaga fugazmente. Es la adicción del público a la espectacularidad la que obliga al artista a crear por encima de sus posibilidades y al espectador a depender de lo excesivo y grotesco.

En una de las secuencias más estremecedoras de la película, el simio Gordy ejecuta una masacre en prime time en la televisión americana, algo inolvidable, de alto valor televisivo. Sabemos que sólo lo extremo nos obliga a mantener el contacto visual ininterrumpido con las imágenes que desfilan ante nuestros ojos. En ¡Nop!, la única forma de no ser devorado por los monstruos que acechan es no establecer contacto visual directo con ellos, algo harto difícil cuando nuestra propia condición humana nos obliga a fijar la mirada. Todos nos quedamos mirando cuando Saturno devora a sus hijos.

Cinema Verité

En el primer acto se nos relata la historia de la primera ocasión en la que se filmaron imágenes en movimiento, una leyenda con matices reales que da la razón de ser al empleo de los personajes, ya que el protagonista de estas forma parte de un nexo de sangre familiar con los mismos. En ella, se presume que un hombre negro, opacado más tarde en los libros de historia por otras figuras (casualmente blancas), participó en la primera película de la historia.

Esta misma idea, el valor de lo primigenio y su relevancia de cara al futuro, sobrevuela la película constantemente. La idea de mostrar los OVNIS a la sociedad prevalece frente al sentido común de la protección personal cuando la ansiedad por rodar estampas epatantes y únicas que impacten al público se apodera del cineasta. La antelación es primordial en un mundo en el que las ideas se viralizan, se copian o se pervierten en masa, se extienden como la pólvora una vez se lanzan. La autoría se desdibuja.

La imagen es como un animal, violento, bello e impredecible. Si disparas la flecha en el momento justo, será posible cazar lo salvaje. Si gritas acción en el momento oportuno, serás capaz de filmar lo imposible. La cámara tiene el poder de domar lo indomable.

Crítico de cine, realizador audiovisual, coleccionista y analista de la temporada de premios.