Connect with us

Series

Pobre diablo: el anticristo que quería bailar

La animación española también entiende de series

antonio-lopez-periodista

Published

on

pobre-diablo-serie-hbo-max-critica
3/5

La primera serie de animación producida en España para HBO Max llega acompañada por la firma de tres ilustres chanantes: Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla y Miguel Esteban. La serie Pobre diablo aterriza en la plataforma de streaming como una suerte de respuesta española a propuestas gamberras y políticamente incorrectas como Rick y Morty, aunque con el particular sentido del humor al que nos tienen acostumbrados los populares cómicos.

Pobre Diablo: Del Apocalipsis a Broadway

Pobre diablo nos presenta a Stan, el mismísimo Anticristo. Hijo de Satán y Rose, la criatura está a punto de cumplir 666 meses y su padre espera de él que haga lo que, por naturaleza, debe hacer: desatar el Apocalipsis. A Stan, no obstante, le gustan más otras cuestiones: es bueno por naturaleza y su sueño no es otro más que triunfar en Broadway como estrella de musicales. Al singular Stan le acompañan Samael y Mefisto, que intentarán orientar a nuestro protagonista por el camino que desemboca en el fin del mundo.

Reyes, Sevilla y Estebán aprovechan la idea inicial para meterse un poquito con todo el mundo y ofrecer una serie que se ve sin complicaciones, dibuja una sonrisa y presenta todos los ingredientes habituales en las producciones chanantes. Puede que le falte algo de mala leche para tratar según qué temas, aunque eso no impide que los incondicionales de este tipo de humor, y de este grupo de cómicos en particular, puedan disfrutar de la propuesta sin complicaciones.

La animación española está en buena forma

Como es habitual, el bueno de Joaquín Reyes ha sido el encargado de diseñar a los personajes. Quienes conozcan la trayectoría del cómico sabrán que de su pluma han salido ilustres como Enjuto Mojamuto, así como la mayoría de personajes animados del grupo chanante. De la animación se ha encargado el estudio granadino Rokyn Animation. Los andaluces hacen un trabajo solvente y más que correcto, dejando bien claro que la animación española está en buena forma y puede ser el vehículo ideal para dar vida a determinadas propuestas.

Del doblaje se han encargado los mismos Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla, muy bien acompañados por habituales de la casa como Carlos Areces o Ignatius Farray, que hace un divertido trabajo como Satán. También encontramos la voz de la tristemente desaparecida Verónica Forqué, que presta su voz a Rose, la madre de Stan. Y si, si os lo estáis preguntando, es la misma Rose de La semilla del diablo (aunque no se menciona de forma directa). Y es que Pobre diablo vendría a ser una continuación de la obra maestra de Roman Polanski. Si dicha secuela hubiera estado acompañada de humor absurdo y hubiese sido animada.

El humor chanante de Pobre Diablo

La serie está formada por un total de ocho capítulos de unos 20 minutos de duración que se ven casi sin darse cuenta. Muy cierto es que para aquellos espectadores que no le vean la gracia al sentido del humor chanante va a resultar complicado que disfruten de está Pobre diablo. Pero quienes conozcan el particular sentido del humor de los manchegos y lo hayan disfrutado con propuestas anteriores como Maricón y Tontico, Monguer Guaper o Loqui and the Loquer van a ver cada capítulo en un suspiro.

Esta primera temporada, además, tiene un final algo anticlimático, por lo que la serie bien podría tener continuidad y seguir así dando alegrías a la animación producida en España. Aunque a Pobre Diablo le falta un poco de contundencia y se puede sentir a los cómicos chanantes algo contenidos, algunos momentos destacan por estar muy bien escritos. Mención especial para el capítulo siete, aunque prefiero no entrar en detalles para que os sorprenda de la misma manera que me sorprendió a mi.

En conclusión

VIDEOCRÍTICA DE POBRE DIABLO | CANAL DE SOYDECINE.COM

Pobre diablo, como primera serie producida en España para HBO Max y con los nombres de Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla y Miguel Esteban como estandartes, cumple. Sin alardes, pero cumple. Cada capítulo pasa en un suspiro y quienes sean seguidores de este particular grupo de cómicos van a encontrar justo lo que están esperando. Le falta algo de mala baba, aunque tiene momentos muy acertados. Ojalá este sea un paso más para que la animación española siga creciendo y atravesando fronteras. Y si nos dibuja una sonrisa a base de humor absurdo, mucho mejor.

Periodista. Amante del cine en todas sus formas y colores.