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Críticas de cine

Renfield: colmillos e insectos

Una reinvención modernista del clásico Drácula a través de la figura de su sirviente, Renfield.

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2/5

Renfield, la nueva comedia de terror de Universal Pictures, llega a los cines españoles el próximo 14 de abril de 2023.

Renfield está dirigida por Chris McKay (La guerra del mañana, Batman: La LEGO película) a partir de un guion de Ryan Ridley (las series Ghosted y Rick & Morty) basado en una idea original de Robert Kirkman, creador de The Walking Dead e Invencible. La película cuenta en su reparto con Nicholas Hoult (Mad Max: Furia en la carretera, la saga X-Men), Nicolas Cage, Awkwafina (The Farewell, la película de Marvel Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos), Ben Schwartz (Sonic, The Afterparty) y Adrian Martinez (La vida secreta de Walter Mitty, Focus).

La cinta está producida por los socios de Skybound Entertainment Robert Kirkman y David Alpert (The Walking Dead, Invencible), sus copresidentes Bryan Furst (Daybreakers) y Sean Furst (Daybreakers), y por Chris McKay. La socia de producción de McKay, Samantha Nisenboim (coproductora de La guerra del mañana), se encarga de la producción ejecutiva.

Trailer y Sinopsis de Renfield

En este moderno y monstruoso relato sobre el fiel ayudante de Drácula, Nicholas Hoult encarna a Renfield, el torturado asistente del vampiro más narcisista de la historia, interpretado por el ganador de un Oscar Nicolas Cage. Renfield se ve obligado a procurarle víctimas a su amo y hacer todo aquello que este le ordene, por inmoral que sea. Pero ahora, tras siglos de servidumbre, Renfield está listo para descubrir si hay vida lejos de la alargada sombra del Príncipe de las Tinieblas. ¿El problema? Que no sabe cómo romper esa relación de dependencia.

Crítica de Renfield

Chris Mckay revisita el clásico relato de Drácula a través de la figura de Renfield en un actioner frenético que hace las veces de entretenimiento puro. Este festival de gore (digital), combates y gags cómicos resulta en una cinta mediocre que se apoya en la casquería y el humor como motores principales.

A pesar de contar con una premisa estimulante que reformula las ideas clásicas propias del romanticismo, el desinterés aflora por momentos en varios fragmentos del corto metraje. Los temas expuestos, tales como la exploración de la codependencia psicológica en clave de autoayuda y la búsqueda del yo, tienen un regusto naif e ilusorio. El tratamiento de los mismos deja entrever una clara falta de madurez en la composición del libreto. Sus genuinas e inofensivas intenciones se hacen visibles cuando la obra se muestra plenamente autoconsciente. Su lastrado potencial tan sólo se vislumbra cuando abraza su cara más violenta y descacharrante de manera desvergonzada.

McKay deja de lado el gothic horror de Tod Browning y la pomposidad de Coppola para dar paso una descerebrada propuesta cargada de set-pieces de acción. Estas desenfadadas secuencias no cuentan con una brillante planificación visual, pero son lo suficientemente solventes como para erigirse como uno de los aspectos más destacables del film. El aparato narrativo, plagado de Deus Ex Machinas y flagrantes casualidades, es una mera excusa que sirve para delimitar los distintos sketches que componen el metraje.

El Conde

La presencia de Nicolas Cage, desafortunadamente anecdótica, suma una nueva interpretación histriónica y sobreactuada a un ya extenso catálogo de rarezas cinematográficas, algunas de ellas más destacables que otras. Su participación, sin llegar a ser algo negativo per se, cae en saco roto al no ser una pieza imprescindible del desarrollo argumental. Los colmillos de Drácula y los insectos de Renfield son complementarios y, a la vez, antagónicos. Sólo hay lugar para uno de los dos.

El aclamado actor cuenta con escaso tiempo en pantalla, ya que Hoult y Awkwafina llevan la voz cantante, retirando el foco expositivo que el marketing del film ha proyectado sobre este. Es innegable que su implicación, tan extravagante como divertida, forma parte de un discreto trabajo de reparto que dota de cierta vida a un material poco inspirado.

VIDEOCRÍTICA DE RENFIELD – DANIEL BARRADO

Conclusión

Renfield es un blockbuster venido a menos que no desentonaría en la parrilla de directo a vídeo de la mayoría de los catálogos de las plataformas de streaming. Su atropellada trama hace un flaco favor al film, opacando sin pudor alguno las funcionales coreografías de acción y algún que otro golpe slapstick con cierta gracia. Las pocas virtudes que tiene serán disfrutadas por los más asiduos a la serie B modernista o por los fanáticos del Cage más pasado de rosca. Sólo para cafeteros.

Crítico de cine, realizador audiovisual, coleccionista y analista de la temporada de premios.

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