The Crown, temporada 5: una joya que se mantiene reluciente

Los entresijos de la realeza alcanzan un punto álgido en la nueva temporada de The Crown, la elegante producción de Netflix, que ya se encuentra disponible en la plataforma para su visionado. ¡Y vaya que merece la pena!

Sinopsis de The Crown, temporada 5

La quinta temporada de “The Crown” abarca el período entre 1991 y 1997. De esta forma, presenta los sucesos que ocurrieron durante el gobierno de John Major como primer ministro, incluyendo la guerra mediática que libraron Diana y Carlos, el deterioro de su matrimonio y el divorcio resultante.

Crítica de The Crown, temporada 5

Con un tono sobrio y más contemplativo que en sus anteriores temporadas, la joya de la corona de Netflix regresa para narrar algunos de los acontecimientos más polémicos en la historia de la familia real inglesa. Además, lo hace a través de una mirada sofisticada e introspectiva que sorprende por su capacidad de analizar temas espinosos de manera satisfactoria, sin incurrir en el sensacionalismo para lograrlo.

Otra temporada adictiva

En esta ocasión, la percepción de la monarquía ante el ojo público experimenta un cambio a medida que se acerca el siglo XXI y surgen interrogantes concretas sobre la importancia de los Reyes y el sentimiento de que parecen estar atrapados en las costumbres del pasado sin dar un paso de apertura a la modernidad y, por consiguiente, cambios importantes dentro de las estructuras tradicionales.

Estas inquietudes sobrevuelan los diez capítulos de la temporada, a la vez que permiten dialogar con otras tramas de interés en la historia de los monarcas. De manera, la producción explora los entresijos de la familia Real en sus intentos de mantenerse relevantes a los ojos de la opinión pública, la manipulación constante de los medios de comunicación y las trifulcas familiares, que incluyen las tensiones derivadas del matrimonio fallido entre Carlos y Diana. Todas las subtramas forman un cuadro sustancioso que responde a una idea más profunda, la cual alcanza sus puntos más altos en los últimos episodios y se confugura como el abreboca de la venidera sexta y última temporada.

Un reparto en estado de gracia

Uno de los puntos memorables de esta temporada es la efervescente actuación de Elizabeth Debicki, quien encarna a la fallecida Princesa de Gales con empatía y carisma, al punto de que desaparece por completo en el personaje. Debicki cuenta con una presencia magnética y protagoniza los momentos más emotivos de la trama, como lo son el progresivo deterioro de la salud mental de Diana debido a la presión ejercida sobre ella por los miembros de la familia Real. No sería extraño escuchar el nombre de la actriz australiana durante la próxima temporada de premios por el nivel de complejidad y mimetismo que entrega en su caracterización.

Por otra parte, Imelda Staunton y Jonathan Pryce encarnan con soltura a los Reyes de la Corona Británica, aportando elegancia y magnetismo a sus respectivos roles, mientras que Jonny Lee Miller le aporta una buena dosis de carisma y sobriedad a su interpretación del Primer Ministro Británico John Major.

Menos afortunado es el actor Dominic West como el Príncipe Carlos (ahora Rey). Su interpretación se apoya demasiado en la gesticulación para funcionar, pero resulta teatral y distante, lo que afecta mucho el resultado final. No logra alcanzar el nivel de excelencia que entregó el actor Josh O´Connor en las anteriores temporadas.

Elegancia y calidad

En el plano técnico, la serie reafirma que es una de las producciones más sofisticadas en la televisión actual. El despliegue de medios se aprecia en cada plano y el diseño de producción es espectacular, con un nivel impresionante de atención al detalle en la recreación histórica y escenarios lujosos. La música se mantiene como una delicia para los oídos y la fotografía crea hermosas postales en movimiento.

En conclusión…

La temporada 5 de The Crown entrega una nueva tanda de episodios impecables, con un diseño de producción apabullante y actuaciones estelares. Una maravilla.