Críticas de cine
Trol: un despliegue visual asombroso para una historia básica
Se cumple el postulado de “estilo sobre sustancia”.
Mitología escandinava, ecologismo y una buena dosis de acción son los principales componentes de Trol, una producción noruega dirigida por el cineasta Roar Uthaug, que llega a la plataforma de Netflix el 1 de diciembre.
Tráiler y sinopsis de Trol
Algo en la montaña de Dovre (Noruega) está despertando. Desde sus más oscuras profundidades una gigantesca criatura despierta tras haber estado atrapado durante miles de años. Destruyendo todo a su paso, la criatura se acerca rápidamente a la capital de Noruega, con los habitantes de la ciudad luchando por detener algo que creían que sólo existía en el folclore noruego., un grupo heterogéneo de héroes debe unirse para tratar de evitar que cause estragos mortales.
Crítica de Trol
Las criaturas mitológicas llegan a Netflix para entregar una buena dosis de acción y entretenimiento en esta cinta, que corre a cargo de Roar Uthaug, cineasta conocido por su trabajo en producciones como La Ola (2015) y Tomb Raider (2018). La experiencia del director con secuencias de acción a gran escala y el manejo de la tensión lo respaldan como un candidato óptimo para la historia que lleva a cabo y, una vez más, logra crear momentos vertiginosos de pura adrenalina y emoción, aunque a nivel narrativo, la propuesta no alcanza solidez ni cohesión.
Un espectáculo visual
Si algo salta a la vista una vez que comienza la cinta, es la impresionante fotografía de Jallo Faber. Los grandes planos generales de las montañas noruegas presentan cuadros deslumbrantes que anuncian el poder de la naturaleza y a la vez crean una sensación de peligro inminente. Hay algo oculto en el entorno idílico y está a punto de hacer acto de presencia. El diseño de producción de Koja aumenta esa percepción y nos lleva desde las montañas hasta grandes ciudades y otros espacios amplios que se convierten en el punto de mira de la amenaza al acecho. También son el centro de enfrentamientos espectaculares y persecuciones de alto calibre, bien planificadas y ejecutadas con brío. En particular, destaca una secuencia ambientada que tiene lugar en un parque de atracciones y asombra por su atmósfera de horror y guiños a clásicos del cine de monstruos.
La música de Johannes Ringen complementa la acción con melodías grandilocuentes y el diseño de sonido crea diferentes paisajes sonoros de urgencia, con una integración eficiente de los pasos de la criatura para causar un efecto discordante en secuencias de aparente calma como antesala de lo que está por suceder.
La historia de Trol no sorprende
Si nos centramos en el argumento de Trol y su ejecución, la cinta palidece en distintos niveles. El guion escrito por el propio Uthaug y Espen Aukan es un recorrido accidentado por lugares comunes de las historias de criaturas, donde viene a la mente Godzilla como un referente claro en el entramado narrativo de Trol. Cuestiones como la relación del humano con la naturaleza y su explotación, las historias folclóricas que permanecen vivas a través de las diferentes generaciones y conflictos entre ideologías opuestas forman un batiburrillo confuso y sin profundidad, donde la exploración resultante es superficial y cumple con lo básico. No hay giros novedosos ni personajes entrañables. Las reivindicaciones ambientalistas que se asoman en algunos momentos no tienen la fuerza suficiente para dejar un mensaje concreto. Se cumple el postulado de “estilo sobre sustancia”.
En ningún momento deja de ser una experiencia entretenida, pero el espectador queda con la sensación de haber presenciado un relato que ya ha sido contado en numerosas ocasiones y de maneras más ingeniosas.
Una protagonista interesante dentro de una colección de personajes anodinos
Dentro del reparto de Trol encontramos a un personaje femenino que funciona con solvencia, gracias a la eficaz actuación de Ine Marie Wilmann. Nora es una mujer contemporánea que defiende sus ideales y ostenta una pasión ávida por la ciencia. Wilmann logra encapsular los pequeños detalles que hacen a este personaje llamativo y le aporta una personalidad robusta en todo momento, lo que hace que sea fácil generar una conexión entre los espectadores y esta heroína ficticia. La actriz noruega pasa con aprobado la tarea de llevar todo el peso de la trama. Buen trabajo.
Sin embargo, no se puede decir lo mismo de sus compañeros de reparto. Esto se debe en gran parte a personajes con perfiles mal delineados y motivaciones inexistentes. También hay actuaciones erráticas que amenazan con llevar a la cinta a un tono de serie b que no le sienta nada bien. Es el caso de Tobias, interpretado por el actor Gard B. Eidsvold y Andreas, interpretado por Kim Falck, que se configura como el alivio cómico de la historia, pero resulta irritante en determinadas secuencias.
En conclusión…
Trol es un ejercicio de mitología y sensibilidades contemporáneas que brilla durante sus vistosas secuencias de acción pero se queda a mitad de camino por su predecible y poco original ejecución narrativa. Recomendable para distraerse un rato pero se olvida con facilidad.
